Carta publicada el 24 de diciembre de 2016.

La falta de empleo hizo que tuviera que aceptar un trabajo a cualquier precio. Y lo pagó caro. No tenía familia cerca. Tampoco amigos. Vivía en el lugar en el que trabajaba, y apareció muerta en las inundaciones que asolaron Estepona hace unas semanas. Su cadáver flotaba en una habitación en la que estaba sospechosamente encerrada. Tampoco estaba su documentación con ella. En octubre Carmen Posadas publicó un artículo en esta revista tratando de despertar nuestras adormecidas conciencias ante la trata de mujeres en España: 45.000 mujeres son extorsionadas cada año. Pero somos nosotros, los ciudadanos españoles los que toleramos que esto ocurra ante nuestros ojos. Acabo con unas palabras de Posadas en el mencionado artículo: “¿Por qué? Por qué esa connivencia de las autoridades, de los clientes y de la sociedad en general con los explotadores, con los delincuentes? (…) «El oficio más viejo del mundo no es la prostitución (…), el realmente ancestral es mirar para otro lado»”.

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