Hoy me contaba un amigo que esta semana le habían hecho una encuesta sobre la calidad de los autobuses públicos. Una chica le preguntaba qué nota pondría a la limpieza, la temperatura, los asientos, etc. Sus respuestas eran casi siempre 9 o 10. Al finalizar la encuesta, la muchacha le preguntó extrañada que porqué daba notas tan altas. Mi amigo le respondió: «soy de Venezuela y llevo en España doce meses. Estoy encantado. No sabéis lo que tenéis». Y yo me pregunto si después de tantos años escuchando tantas lamentaciones, no deberíamos ver las cosas con un poco más de perspectiva. Quizá nuestro panorama no sea tan negativo. Y quizá, de paso, entendamos porqué muchas personas de todo el mundo deseen con toda el alma vivir en nuestro país.
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