7 de mayo de 2019. Acaba de tener lugar uno de los mejores momentos de este año (y eso que está siendo un curso muy bueno). Tras varios intentos conseguí tener una entrevista de 45 minutos con Michael Sandel, profesor de Harvard y uno de los docentes más famosos del mundo.
Los que me conocéis sabéis que a lo largo de los últimos años he seguido de cerca sus trabajos. Además este año he publicado algunos artículos sobre él, lo que ha facilitado sin duda que hoy me recibiera. Nos habíamos citado en el Hotel Hilton de Minneapolis, un par de horas antes de que diera una conferencia en un congreso.
El tema del que estaba previsto hablar era sobre su visión antropológica, aunque conociéndome sabía que podíamos acabar en cualquier lado… Para preparar este encuentro leí muchas entrevistas a Sandel y pude comprobar cómo es una auténtico maestro en manejar preguntas comprometidas y conseguir que el interlocutor quede encantado. Él me había dado permiso para grabar y publicar la conversación, pero yo quería tocar temas políticamente incorrectos y saber qué pensaba realmente sobre algunas cuestiones morales controvertidas. Por eso, temía que el micrófono fuera una barrera que dificultara su sinceridad.
Mi propósito era diferente. Quería entrevistar al profesor más famoso del mundo a la hora de utilizar el método socrático y que no se escabullera. Y lo cierto es que quedé gratamente sorprendido con el resultado. A la primera pregunta controvertida que le lancé me respondió repreguntando cuál era mi opinión sobre el tema. Yo me reí y le dije que eso no valía, estábamos en una conversación acerca de las convicciones de cada uno, no hacía falta demostrar rigurosamente todo. Tras contestarle mi opinión me dio la suya y a partir de entonces respondió directamente a todas mis cuestiones.
Toqué muchos temas: ética aristotélica, relativismo, la idea de naturaleza, vientres de alquiler, fecundación in vitro, embriones, el problema del tranvía, matrimonio homosexual y relaciones homosexuales, algunas cuestiones morales en torno al libre mercado, dignidad del trabajo, educación e igualdad social, pensamiento del Papa Francisco sobre ecología e inmigración, transhumanismo, existencia de Dios y vida después de la muerte. Otros temas se quedaron fuera por falta de tiempo, como la eutanasia, Jordan Peterson o la existencia del alma.
Me impactó mucho cómo respondió a cada una de mis preguntas de modo directo, tal y como le había pedido. No es fácil que alguien sea tan claro cuando viene a preguntarle un desconocido. Yo se lo agradezco verdaderamente y como es natural no voy a decir sus respuestas, pues pertenecen a una conversación fuera de micrófonos.
Lo que sí puedo contar es que a finales de este año espera publicar su próximo libro. Tratará sobre la meritocracia. Los que habéis leído Justicia y Lo que el dinero no puede comprar intuiréis por dónde van los tiros. Seguro que será un librazo.
¿Con qué me quedo de esta conversación? Con el modo de abordar las cuestiones éticas que tiene Sandel: en sus obras propone volver a usar la perspectiva aristotélica para analizar el telos —el propósito, el sentido— de los bienes que están en discusión. Y lo cierto es que es así como hace filosofía también en la intimidad. No le importa cuál sea la cuestión, ya que desde el primer momento comienza a tratar de desentrañar las preguntas claves que arrojaría luz responder para solucionar cualquier dilema.
Agradezco mucho la posibilidad de dialogar de tú a tú con alguien a quien admiro y con el que tengo muchos puntos de vista en común, pero sobre todo me ha gustado mucho porque también había grandes discrepancias en muchos aspectos y ha sido una gozada poder discutir y discrepar con una persona tan amable. En una época en la que las ideas identitarias nos han polarizado y dividido tanto, es una gran estímulo conversar con alguien con el que no estás de acuerdo y que las dos partes disfruten la conversación.