Aquí comparto la recensión de un libro interesante.
Cómo educar con inteligencia, Tony Little, Rialp, 2016. Ver índice.
Traducción de Cristina Sánchez.
Tony Little ha sido durante 26 años director de tres colegios en el Reino Unido, tanto de educación mixta como diferenciada. El año pasado dejó la dirección de Eton College tras 13 años en el cargo. En este recientísimo libro vuelca su experiencia abordando numerosos y variados aspectos educativos. Algunos de ellos están en el candelero, otros en cambio deberían estarlo, pues resultan decisivos para que los colegios lleven a cabo sus objetivos. Por ejemplo, aborda las polémicas entre la educación mixta y la diferenciada, la importancia de la vocación docente de los profesores, la gestión de la disciplina o el papel de la creatividad, las humanidades y las neurociencias en el diseño de los programas de estudio. Hay que celebrar que Little no rehúya cuestiones espinosas como la gestión de los asuntos relacionados con el sexo, las drogas o el alcohol en los centros educativos o el papel de la tecnología en la enseñanza. Más aún sorprende que se lance a comentar el papel que la espiritualidad y la religión puedan jugar en la formación y la forja del carácter de los ciudadanos en el siglo XXI.
Es imposible compartir todas las opiniones que presenta el autor, pero sin duda constituye un libro inspirador –y breve, no llega a doscientas páginas–, que dará que pensar a cualquier profesor ilusionado con su profesión. Sin duda alguna es esencial para directivos de centros educativos: cualquiera que lo lea se sentirá comprendido y reflejado en un gran número de situaciones, y muy probablemente sacará experiencias para implementar en su día a día. Eso sí, no es un libro que mire al pasado, también pone el acento en el futuro, concretamente en la visión y fortaleza que deberán tener los máximos gestores educativos.
A pesar de todo lo dicho, no es un libro solo para educadores, es más, Little lo escribió pensando en los padres. Según sus palabras ellos fueron lo que le animaron a poner por escrito sus consejos y charlas, escuchadas tanto en público como en privado. De hecho, el último capítulo sugiere las preguntas que deben hacerse los padres para acertar con el colegio para sus hijos. Al mismo tiempo, estas mismas preguntas son un exigente examen para que los colegios comprueben si su prestigio se asienta sobre una auténtica calidad.