Esta selección de actividades humanísticas para colegios fueron elaboradas en 2010 por una veintena de profesores de enseñanza media de ocho ciudades españolas. Respondían al encargo de una fundación para ver cómo potenciar las humanidades en un colegio. Las publico ahora por si son de interés para alguien.
Sobre los objetivos que deben perseguirse para fomentar las humanidades.
A la hora de fomentar las humanidades hay un objetivo “directo” (mejorar la formación humanística de todos los alumnos de bachillerato) y otro “indirecto” (cuidar a los alumnos con “perfil humanístico” que podrían dedicarse profesional a la cultura). Es una distinción importante, porque las humanidades y la cultura no pueden ser “exclusivistas” y porque no se trata de conseguir que quienes inicialmente quieren ser médicos o ingenieros acaben estudiando Filosofía, sino de que esos médicos e ingenieros sean “humanistas”. Se parte de la premisa de que el fomento de las humanidades no se dirige al grupo de alumnos que realizan esa opción en Bachillerato. Por este motivo quizás sea más adecuado hablar de desarrollo humanístico, para no vincularlo, mediante el nombre, a un tipo de Bachillerato.
No hay que perder de vista que el objetivo no es que muchos alumnos de un centro escolar estudien carreras humanísticas, sino que sean humanistas allí dónde están. Los estudiantes de carreras de humanidades siempre serán pocos y selectos, por lo que es importante no obsesionarse con el número de alumnos que escogen estas carreras.
Tipos de estudiantes humanistas.
Dentro del grupo de alumnos que pueden dedicarse profesionalmente a las humanidades, pueden distinguirse dos tipos:
– Los “creativos”: con dotes para la escritura, la poesía, la pintura, la música, la interpretación, el cine, etc.
– Los “intelectuales”: aquellos con gustos e intereses culturales, pero sin una clara capacidad creativa. Son los estudiantes a los que les gusta leer, ver cine, ir al teatro, acudir a museos, reflexionar sobre los grandes temas culturales, sociales y políticos, etc. Suelen tener buena capacidad oratoria y un perfil docente.
Hay que cuidar a ambos, pero hay que estar especialmente atento a los primeros, para descubrir pronto sus talentos, potenciarlos y orientarles bien. El camino académico de los “creativos” no es nada fácil y hay que acertar. Las carreras de Filología o Historia del Arte suelen ser buenas para ellos, pero también el mundo de las Bellas Artes o de las Escuelas de Interpretación o Cine. Es importante que tengan un “mentor” al que acudir y que pueda orientar su desarrollo.
En el caso de los “intelectuales”, la orientación es más sencilla, porque habitualmente se trata de estudiantes con buenos resultados académicos. Con ellos, la labor consistirá en orientarles bien y, si tienen condiciones, animarles a que no dejen de estudiar una carrera humanística y dedicarse al mundo de las humanidades. Suelen estar interesados en la Historia y la Filosofía, pero también en el Derecho o Sociología.
Para estos alumnos valiosos, una buena fórmula es la de animarles a hacer Dobles Grados/Licenciaturas, pues tienen capacidad para ello, son carreras que lo hacen posible y realmente salen beneficiados: más cualificados, con un horizonte más amplio, etc. La única pega es que para los “netamente humanistas” la “segunda” carrera suele parecerles un peso que les quita tiempo para estudiar y profundizar en lo que les interesa de verdad. Pero la experiencia con estos alumnos (aunque siempre hay excepciones) es que cuando terminan la carrera pueden dedicarse a la investigación en el campo que más les interesa.
Actividades humanísticas de ámbito escolar
A continuación, se concretan algunas iniciativas que pueden ponerse en marcha. Naturalmente se trata de recomendaciones que cada centro deberá estudiar detenidamente, antes de deliberar cuáles de ellas está en condiciones de llevar a cabo en cada momento.
- Revisar el proyecto del centro y ver si hay alguna referencia al fomento del espíritu humanístico entre los alumnos. En caso afirmativo, subrayar este aspecto para que todo el mundo entienda la necesidad de cambios y medidas. En caso negativo, ver si debe incorporarse alguna referencia.
- Un principio útil para evaluar el impacto de las actividades humanísticas es ver si se llevan a cabo en el desarrollo ordinario de las asignaturas. Hacerlo de este modo otorga más probabilidades de éxito. Para buscar ideas en este ámbito puede ser bueno compartir experiencias entre profesores según el método que se propone a continuación.
- Cursos de formación para profesores. La experiencia dice que aunque el centro escolar posea un gran aparato organizativo, si al final los profesores no leen y hablan con otros colegas sobre cómo dan la asignatura, hay pocos cambios en su docencia. Por eso, es clave organizar cursos por asignaturas centrados en la práctica y no en lecciones magistrales. Las sesiones deben basarse en la experiencia del aula. Su éxito radica en que se centran en la docencia y aprendizaje de una materia concreta, permitiendo el contacto con profesores que se enfrentan a los mismos problemas en el aula. Este modelo está teniendo un éxito notable entre los profesores del Bachillerato Internacional. Para llevarlo a cabo es necesario unir varios profesores de cuatro o cinco centros escolares, de modo que los grupos no superen los quince participantes y las veinte horas.
- Si en un centro escolar cuesta más encontrar buenos profesores de humanidades que en otras materias, se puede estudiar el modo de descargar algunas ocupaciones en otros compañeros, para que puedan dedicarse a tareas directamente relacionadas con las humanidades. No se trata de liberar completamente a ese profesor ni de crear agravios comparativos con otros compañeros, sino de ofrecer pequeños cambios en sus tareas para facilitar el impulso de determinadas actividades. En este punto el espectro es muy amplio: desde organizar visitas culturales periódicas, obras de teatro, talleres de escritura, etc.
- Seguir de cerca el proyecto profesional de los profesores de humanidades. Quizá muchos no tengan especial ilusión por abanderar nuevos proyectos, pero habrá otros que sí. Es importante apoyarse en estos últimos para llevarlos a cabo. Preguntarse despacio ¿leen los profesores?
- La biblioteca. Es un pilar en el desarrollo de la cultura humanística de un centro escolar. Un buen comienzo es analizar cuántos recursos periódicos se destinan anualmente para la compra de libros. No tiene porqué ser mucho y, muchas veces, la imaginación suple la escasez de recursos. Por ejemplo, en algunos centros las campañas de recogida de libros reciben una media de hasta dos libros por alumno. El otro aspecto al que se debe prestar atención es si hay un bibliotecario motivador y dinámico que pueda meter cabeza en el día a día.
- En algunos centros escolares, las vocaciones científicas muchas veces nacen por la participación en concursos y olimpiadas. Es una forma concreta de motivar a los estudiantes con unos horizontes más exigentes. También permite que durante el tiempo de trabajo que se dedica a la preparación con los profesores, se amplíen las miras profesionales y de servicio de los alumnos. Este tipo de trabajos también están dando resultados positivos con las vocaciones humanísticas.
- Diversos grupos educativos otorgan becas a alumnos que quieran estudiar carreras humanísticas. Estas becas se podrían publicitar, y prestigiar así a quienes las obtienen.
- La promoción de actividades extraordinarias. Aquí los ejemplos son infinitos:
- Ciclos de conferencias.
- Visitas a museos o visitas guiadas por la ciudad.
- Viajes de estudio culturales.
- Periódico escolar o revista cultural.
- Creación de blogs de escritura.
- Actividad de teatro.
- Hacer un pequeño programa de grandes libros.
- Actividad de oratoria o torneos de debate.
- Concursos y olimpiadas externas.
- Concursos de redacción y ortografía.
- Exposiciones de pinturas o trabajos de los alumnos.
Sugerencias en torno a los planes de estudio:
- Estudiar la implementación externalida o casera de programas como Excelencia Literaria o Explorarte en uno de los cursos.
- Aprovechar las asignaturas relacionadas con el ámbito audiovisual para ofrecer contenidos y actividades directamente relacionadas con las humanidades.
- Analizar qué profesores y en qué asignaturas se enseña a escribir y a hablar en público con un método concreto. Si no hay un método concreto los resultados en el Bachillerato dejan mucho que desear.
- Explicar determinadas unidades didácticas de las programaciones desde varias asignaturas a la vez. De este modo, se facilita una visión integrada y coherente de algunos puntos cruciales del saber. Por ejemplo, explicar el evolucionismo desde la Biología y la Filosofía
- Opciones de Bachillerato de excelencia. Permiten ofrecer a los padres un programa serio de formación, acaban con la idea de que los de sociales y humanidades no pueden tener un programa de estudios exigente, hay gran implicación y motivación del profesorado (pues puede trabajar a fondo con los estudiantes más valiosos).
Imagen: @Jaredd Craig, vía Unsplash.